Situada a sólo una hora de Grenoble, Alpe d'Huez, tiene pocos rivales en variedad del terreno. Orientada al sur, tiene en promedio 300 días de sol al año, en buenas condiciones, es una de las estaciones favoritas de Francia, conocida como "isla al sol". A 1860 m de altitud, es el punto central de 263 km de pistas de esquí interconectadas en el dominio "Les Grandes Rousses".
Con un desnivel esquiable de 2.230 m, tiene pistas para todos los niveles, situadas por encima de la línea de los árboles. El dominio se divide en cuatro sectores principales, con buenas conexiones garantizadas por modernos y rápidos medios mecánicos. El mayor sector está por encima de la villa y comienza a 3.320 m en el Pic Blanc, con pistas exigentes en la cima ,otras más vastas y suaves en la base.
El fuera de pista es excelente, con nieve de buena calidad. No faltan pistas negras o rojas ,la pista negra es la mayor de los Alpes, la Sarenne, que desciende del Pic Blanc hasta el valle de Sarenne a lo largo de 16 km. Para los snowboarders hay un terrain park, con un buen medio pipe.
La red de pistas verdes en la base es extensa pero sufre de los cruces de otras pistas más rápidas. Aunque las colas de espera en los medios mecánicos son escasas, las pistas principales están a menudo sobrelotadas. Los aficionados del cross-country tienen en exclusiva 50 km de pistas con nieve garantizada, alrededor de los 2.000 m.
Pero lo mejor de Alpe d'Huez, es también su gran ""talón de Aquiles"": al final de la temporada, a pesar del sistema de producción de nieve artificial, el exceso de sol de la estación hace que la nieve se evapore o se convierta en hielo, llevando a cerrar algunas de las pistas en la zona más baja.
La villa es grande y dispersa, siendo la Avenue des Jeux lo que más se parece a un centro, con una piscina, una pista de patinaje sobre hielo , algunas tiendas y restaurantes. La vida nocturna es animada y los bares son muchos, aunque dispersos. Los restaurantes de montaña son en general buenos, destacando la acogedora Chalet du Lac Besson y el restaurante del hotel Forêt de Marone, con una buena selección de cocina francesa.
Las alternativas al esquí van desde una visita a la gruta con esculturas de hielo en la zona del glaciar, a una piscina climatizada al aire libre en el centro del complejo. Los adeptos de los motores pueden pasear en las motos de nieve o bien tomar un curso de conducción sobre hielo en la escuela local.